Te vi… sé que eras tú, es inconfundible tu andar, tu mirada al mundo, tu forma de sumergirte en pensamientos y perderte en tus ideas…
Estuve cerca, con mil formas de abordarte, con oportunidades para acercarme y solo decir, ¡hola!… no lo hice.
Me quede solo mirándote, recordando las cosas buenas, los momentos, las charlas, me quedé, porque el hubiera tiene muchas más historias de las que puedo contar y ninguna es real…
No podría enlistarte el millón de veces en las que reímos felices en mis fantasías… las letras, las canciones, los besos… todos en otro plano, en otra historia, en el universo del quizás… que solo me pertenece a mí.
Y precisamente por eso, no tenía sentido acercarme a ti. Solo sé que te vi y, por primera vez, tuve el valor de soltarte…y agradecer, simplemente el placer de verte…

