Me he alimentado de ti…
del fantasma de tu risa, de los silencios, de tus pasos, del frío en tus manos tan lejos de mi… me he alimentado de las mañanas lúgubres, de los atardeceres insulsos, del otoño, del invierno, del llanto sordo de este tiempo sin ti… me he alimentado de cada letra, palabra o escrito que esbozan mis dedos, de cada nueva sonrisa, de cada connato de beso… me he alimentado del latir del corazón, del deseo extraviado ayer…
me he alimentado del recuerdo, nítido y completo, que guarde en mi alma
de cada beso tuyo… y solo deje, en el sótano de mis dudas, aquel tiempo y esas decisiones que no viví, acompañadas del dolor por no aferrarme a ti…